Sabiduría de Tortuga

Santuario de Tortugas Gigantes, Islas Galápagos, Ecuador. 10h00. Estamos admirando al animal impresionante de 350kg desde hace 10 minutos. Lo echamos un buen vistazo, sacamos muchas fotos, y cada uno tuvo su retrato cerca de él. El grupo sigue para observar al próximo espécimen. Mientras se alejan me quedo al lado del ancestro: no sé por qué, pero un puedo dejar de mirarlo. Acuclillado a unos pasos de su cuerpo gigante, estoy mirando a esta criatura de 150 años. De repente extiende su cuello largo para lanzar la cabeza hacia mí, abre bien los ojos y me mira a cambio. Su boca abre un poco como si quisiera decirme algún secreto muy importante. Sonrío y respiro despacio, disfrutando de cada momento de este encuentro tan extraordinario. Siento una presencia: dos visitantes aparecen en la esquina del sendero. Se derriten ante la vista extraña de nosotros cara a cara. Agradezco a la tortuga en silencio, echo un largo vistazo final, respiro profundo, y me levanto despacito. Su cuello se retracta en cámara lenta y sus párpados se cierran de nuevo.

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Aeropuerto de Baltra, Islas Galápagos, Ecuador. 11h00. El agente de facturación le explica a nuestro guía naturalista que aparecemos demasiado tarde para embarcar nuestro vuelo. Con suerte salgamos con el próximo vuelo en una hora, sino con el siguiente. Después de 5 días de enfrascamiento en la naturaleza y la fauna, regresamos a un mundo lleno de reglas y de horarios. Se siente como una ducha de agua fría y un golpe en la cara. La gente alrededor, que estuvieron tan calmos y relajados durante nuestra expedición, de repente parecen estresados. Hacen comentarios enfadados a propósito del personal de la línea aérea, del guía que debería haber asegurado que nosotros llegáramos a tiempo, etc. Yada, yada, yada. Casi puedo tocar el estrés. Inspiro profundo y me acuerdo de la cara de la tortuga gigante. En un instante me doy cuenta de que trató de decirme. Las palabras suenan en mi cabeza, la voz baja de un Mondoshawan en El Quinto Elemento: “El tiempo no es importante. Sólo la vida es importante.” Sonrío a mí mismo y con calma espero que el agente de facturación lo arregle todo, completamente separado de la agitación alrededor.

 

Cédric, el 2 de abril de 2012